Si en el día a día de cualquier persona ya es vital hidratarse bien, aún lo es más durante el embarazo. Las mujeres en esta fase necesitan beber más agua de lo normal. Te explicamos las razones y te aconsejamos.



¿Por qué es importante hidratarse bien en el embarazo?

Durante los nueve meses de gestación tu cuerpo va a requerir más líquido de lo que es habitual. Esto tiene su explicación. Antes de entrar en las particularidades de la gestación, es importante saber que el 70% de nuestro cerebro está compuesto por agua, el 80% de la sangre es agua y el 90% de los pulmones se compone de agua. Este líquido es el que facilita la absorción de los nutrientes que ingerimos, transportándolos por la sangre hasta las células. También es vital para eliminar del cuerpo lo que no necesitamos a través de la orina, los excrementos y la respiración, en forma de vapor de agua.


En el embarazo circula alrededor de un litro más de sangre por el cuerpo para poder nutrir al feto, que está hecho de agua al 95%. Asimismo, en la formación de tejidos del bebé se generan desechos que deben ser evacuados a través de orina o de la respiración. Otra razón por la cual hidratarse es clave durante los meses de gestación es la resistencia al calor. Se dice que la temperatura corporal llega a incrementar hasta medio grado en el embarazo, precisamente por el aumento del volumen de sangre. Y para sobrellevar temperaturas altas vas a necesitar una dosis extra de agua.


En definitiva, hidratarse bien en el embarazo es la mejor medida para que tu organismo y el del bebé estén sanos. Hacerlo de forma adecuada va a mejorar tu circulación y vas a tolerar más los momentos de calor asfixiante. Además, la ingesta de agua puede ayudarte a aliviar náuseas y acidez de estómago, muy comunes durante el primer trimestre. Si tienes problemas de estreñimiento, el agua también es uno de los mejores remedios porque facilita la labor de los riñones.


¿Qué pasa si no bebo suficiente agua durante el embarazo?

Si no consigues llegar al nivel óptimo de hidratación durante el embarazo, hay riesgo de que sufras hipotensión. Esto sucede cuando el cuerpo no cuenta con el agua suficiente como para mantener la presión arterial normal. El cansancio constante es uno de los síntomas de baja presión en la sangre.

Otro de los riesgos asociados con la falta de agua en tu dieta es la artritis. Las articulaciones te pueden provocar dolor en caso que los cartílagos de tus huesos no tengan agua suficiente para evitar su deterioro.

Poca agua en el transcurso de tu día también podría causar ardor de estómago y estreñimiento.


¿Qué hay que beber en el embarazo?

El líquido básico que necesitas en tu dieta durante los nueve meses es el agua, sin duda. Es una bebida sin calorías necesaria cada día de tu vida. Combinarla con líquidos con sales minerales, zumos naturales o infusiones sin azúcar es una opción más que saludable. Sin embargo, tienes que ir en cuidado con los refrescos altos en azúcar. Tampoco es recomendable incluir el alcohol en tu dieta. Ni el vino ni la cerveza son alternativas admitidas por la mayoría de médicos.


¿Cuánto debería beber en el embarazo?

Tu médico debe ser tu fuente de consulta más fiable en cuestiones como esta. Dicho esto, se recomienda ingerir alrededor de 2 y 2,5 litros de líquidos al día en el embarazo. Una cuarta parte puede venir de alimentos ricos en agua. Hay frutas como la sandía, la naranja o el melón que pueden ayudarte a llegar al consumo indicado.

Si realizas algún deporte recomendado para embarazadas tendrás que tener cerca siempre una botella de agua y asegurarte de beber antes, durante y después de realizar ejercicio. Y en días de calor también puede que los 2 litros se queden cortos y necesites hidratarte más de lo aconsejado por norma general.


¿Cuándo beber agua en el embarazo?

No es necesario que esperes a tener sensación de sed para beber agua. Hacerlo de forma constante en cantidades pequeñas durante el día es lo más recomendado para evitar signos de deshidratación. Si pasas algunas horas fuera de casa, asegúrate tener agua cerca para ir ingiriendo.


¿Cómo sé si estoy bebiendo demasiada agua?

Tampoco es conveniente que bebas más de lo que tu cuerpo te pide. La mejor forma de saber si puedes bajar el ritmo de ingesta es viendo el color de tu orina. Si ésta es del todo transparente significa que estás bebiendo demasiada agua. En cambio, si el color es amarillo claro tus niveles de hidratación son los adecuados.