Te contamos cómo se distinguen ambas enfermedades tanto en síntomas, diagnósticos y tratamientos.




Son muchas las personas que hablan de la artritis y la artrosis como una sola enfermedad. La realidad es que ambas afectan a las articulaciones. Pero ni las causas, ni el diagnóstico ni el tratamiento son los mismos. En este post aprenderás a diferenciar la artritis de la artrosis.


Similitudes entre la artrosis y la artritis

Tanto la artritis como la artrosis son enfermedades que afectan a las articulaciones. Además, algunos síntomas suelen ser parecidos, causando dolor articular, rigidez, hinchazón y enrojecimiento. Ambas afecciones no son curables pero con un tratamiento temprano se puede demorar el empeoramiento. Las dos dolencias son más comunes en mujeres que en hombres.

 

Diferencias entre la artrosis y la artritis

Es necesario entender dónde difieren ambas enfermedades para comprender mejor cada situación. De hecho, los dos términos comparten la raíz (artr, del griego articulación), pero los sufijos tienen significados diferentes (-osis significa desgaste mientras que -itis se refiere a inflamación).


La artrosis es una enfermedad que consiste en el desgaste del cartílago articular, que es el tejido que recubre los huesos para que haya un movimiento suave y poca fricción. A medida que pasan los años, este cartílago se debilita y puede llegar a desaparecer, dejando que los huesos rocen entre sí y provocando dolor.


En cambio, la artritis se trata de una inflamación en la membrana sinovial, un tejido elástico que hay dentro de las articulaciones y que reduce la fricción entre el cartílago y las otras estructuras articulares. Cuando alguien padece artritis, su líquido sinovial se esparce por la articulación y sus huesos y cartílagos erosionan.

 

Si hablamos de la localización del dolor, la artrosis suele aparecer en la columna cervical y lumbar, en las manos, en las caderas y en las rodillas. A diferencia, la artritis no es común en la columna y, además de las rodillas y las manos, también se suele dar en los pies.


El dolor se manifiesta de forma distinta. En el caso de la artrosis se nota más dolor cuando se mueve la articulación pero mejora cuando se deja en reposo. Sin embargo, en la artritis el dolor es mucho más constante y no mejora en reposo. De hecho, algunos tipos de artritis pueden estar acompañados de fiebre y cansancio.


En cuanto al diagnóstico, la artrosis suele detectarse a partir de una exploración física y radiológica del médico. Pero en la artritis no hay pruebas específicas y muchas veces se requieren análisis del líquido de la articulación afectada o análisis de sangre.


La artritis es frecuente en personas de entre 20 y 40 años, aunque puede darse en cualquier momento de la vida. Se puede deber a infecciones por gérmenes, traumatismos u otras dolencias. En cambio, la artrosis acostumbra a presentarse en personas mayores de 40 años y se asocia al envejecimiento.


Los tratamientos también son distintos. La artritis tiene como principales métodos los antiinflamatorios y el reposo de la articulación, mientras que en la artrosis se prioriza el ejercicio físico. Al no ser una enfermedad curable, la artrosis requiere que los pacientes no sigan un estilo de vida sedentario para evitar la obesidad. Hay que moverse para reducir el dolor. También se recomiendan analgésicos o antiinflamatorios para tratar su dolor.


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Tipos de artritis


A diferencia de la artrosis, se han llegado a detectar decenas de variedades de artritis, que tienen causas y tratamientos distintos. Las más frecuentes son las siguientes:

  • Osteoartritis: Suele aparecer en las articulaciones de la cadera, la columna, las manos y las rodillas. Se trata del desgaste y la ruptura del cartílago. 
  • Artritis juvenil: Afecta a los niños y a sus articulaciones. Puede llegar a dañar órganos internos.
  • Artritis psoriásica: Afecta a las articulaciones de las personas que sufren psoriasis, una enfermedad de la piel.
  • Artritis infecciosa: La pérdida de movimiento es causada por una infección bacteriana o por hongos.
  • Gota: Se debe al exceso de ácido úrico en la sangre. Se acumula en la membrana sinovial de las articulaciones, causando dolor, hinchazón y mucha rigidez.
  • Artritis autoinmune: Los anticuerpos son los que destruyen los tejidos y causan esta enfermedad inflamatoria. Muy común en los dedos y las muñecas.

 

Referencias: