Los cambios durante el embarazo se tienen que ir controlando a través de pruebas médicas rutinarias. Te las detallamos a continuación, trimestre por trimestre.




Tu test de embarazo ha salido positivo y empiezas una etapa única. Es normal que al principio sea un poco estresante al pensar en todos los meses que vienen por delante, con posibles molestias y pruebas obligatorias en tu calendario. Pero tómatelo con calma. Es importante que te informes sobre las diferentes etapas del embarazo y de las pruebas a las que vas a tener que ir asistiendo.


¿Qué profesional médico necesito para el embarazo? Lo más habitual es acudir al médico de atención primaria en primera instancia. Será esta figura la que va a conectar con algún obstetra o una matrona. Ellos van a darte formación específica previa al parto y van a solicitar muchas de las pruebas necesarias durante el embarazo.


Pruebas del primer trimestre


Una vez hayas confirmado tu embarazo con un test, deberás citarte con el médico por primera vez. Será entre la semana 6 y la 8 aproximadamente, y en este encuentro calcularéis la fecha prevista de parto en base al primer día de la última menstruación. 


En esta consulta inicial se repasa el historial médico de la embarazada y se hace una exploración física completa. Si no se ha hecho recientemente, se va a tener que realizar una citología. Esta prueba preventiva, indolora y de pocos minutos de duración, es importante para diagnosticar posibles infecciones como el cáncer de cuello uterino o el papiloma humano.


El médico te va a preguntar sobre enfermedades y alergias, y empezará a darte consejos para llevar un estilo de vida saludable. Se te pedirá un análisis de sangre para descartar posibles enfermedades y evaluar el funcionamiento de los órganos del cuerpo.


La siguiente prueba de control es la ecografía de la semana 12 de embarazo. Es un examen importante para determinar si se trata de una gestación única o múltiple, y descartar preeclampsia en la madre. El feto ya tendrá un tamaño de entre 4 y 8 centímetros.

Asimismo, con esta prueba se mide la translucencia nucal. Es una acumulación de líquido que se encuentra en la parte posterior del cuello del feto. Hay una correlación positiva entre el tamaño de la translucencia nucal y las posibilidades de que haya síndrome de Down. Así pues, los resultados de este test son significantes para entender qué riesgo hay de que se padezca esta anomalía cromosómica. Con este test aún es difícil asegurar el sexo del bebé.

 

Pruebas del segundo trimestre


El segundo examen ecográfico recomendado durante el embarazo es la ecografía morfológica. Se realiza por un ecógrafo normalmente durante la semana 20 de gestación. Esta prueba, que no causa ninguna molestia a la embarazada, tiene una duración de unos 30 minutos y tiene como objetivo principal estudiar en detalle el desarrollo del feto y detectar posibles malformaciones en sus órganos. Es en esta ecografía cuando se ve con claridad el sexo del bebé.


Entre las semanas 24 y 28 de embarazo se suele realizar el test de O’Sullivan. También se conoce como la prueba del azúcar porque se evalúan los niveles de glucosa en sangre, con el fin de diagnosticar a tiempo una diabetes gestacional. Se realiza una extracción de sangre antes de beber agua con glucosa, y otra una hora después de ingerirla.

 

Pruebas del tercer trimestre


Es alrededor de la semana 34 cuando tiene lugar la ecografía del tercer trimestre. Ya se analiza la posición del feto, el líquido amniótico de la placenta y el cordón umbilical. Todo ello es información importante para ir preparando el parto.


Entre las semanas 36 y 38 de embarazo, se realiza también un cultivo vaginal. Esta revisión ginecológica, que no causa dolor a la madre, consta de unas muestras que se toman en las paredes vaginales para examinar sus células. Se busca una bacteria llamada estreptococo, que en caso de estar ahí puede causar complicaciones en el bebé. Si la embarazada es portadora de estreptococo se tendrá que tomar un antibiótico para deshacerse de él. 


¿Aún falta algo más? Sí, pero tranquila que ya queda poco. Para asegurar que el bebé está finalizando su desarrollo de forma adecuado dentro del vientre materno, hay una prueba obligatoria para las embarazadas: la monitorización fetal. Se realiza entre las semanas 37 y 40 de embarazo y sirve para comprobar el bienestar del bebé, su frecuencia cardíaca y ayuda a aproximar mejor la fecha de parto. Tiene una duración aproximada de 30 minutos. Suele realizarse de forma externa, colocando unos sensores en el abdomen de la embarazada. 


Además de la ecografía, el cultivo vaginal y la monitorización fetal, el tercer trimestre también requiere de un análisis de sangre y de orina para controlar adecuadamente la última fase. Déjate ayudar por los especialistas en todo momento y sé seria con el calendario de pruebas.

 

Otras pruebas menos comunes


La amniocentesis es una prueba invasiva que sirve para hacer un estudio exhaustivo de las posibles anomalías en los cromosomas del bebé. Solo se hace cuando ya hay un alto riesgo de que haya estas alteraciones. Se suele hacer entre las semanas 15 y 20 de embarazo y se trata de conseguir una muestra de líquido amniótico y analizar sus células. Es necesaria una punción abdominal para llegar al saco gestacional.


Por otro lado, la biopsia corial es otro test invasivo que se realiza entre las semanas 10 y 14 en caso que haya sospecha de anomalías cromosómicas. Se investigan las vellosidades coriales de la placenta desde el cuello del útero o desde la pared abdominal.


La cordocentesis es un test prenatal que consiste en la obtención de una muestra de sangre del bebé desde el cordón umbilical. Es una prueba invasiva que requiere de una punción y que se realiza a partir de la semana 18 de embarazo. Se usa para la detección de anemia fetal o niveles bajos de plaquetas en sangre.