Permanecer sentados demasiadas horas puede causar problemas circulatorios. Si vas a hacer un viaje largo, este artículo es para ti.




¿Qué es el síndrome de la clase turista?

El síndrome de la clase turista es una patología vascular provocada por largos periodos de escasa movilidad. Fue hace unos 30 años cuando se empezó a detectar especial sufrimiento en las personas que realizaban viajes largos. Permanecer muchas horas sentados, y además en clase turista, ocasionaba trombosis venosa en algunos de los pasajeros. De ahí el nombre de esta enfermedad.


El retorno venoso acostumbra a ser más limitado cuando pasamos excesivo tiempo sin levantarnos del asiento. La sangre circula de forma más lenta y puede provocar trombosis venosa, que se desarrolla debido a la formación de coágulos en las venas de la parte inferior de la pierna, normalmente. Estos coágulos se pueden desplazar y llegar a atascar los vasos sanguíneos de zonas como el cerebro, los pulmones o el corazón.


La clase turista de hace algunas décadas dejaba poco espacio de maniobra para los pasajeros, dificultando aún más los pequeños movimientos de las piernas. Sin embargo, este problema sigue vigente y afectando a la salud de muchas personas. No solo debemos preocuparnos de largos viajes en avión, sino que también hay que prevenir contratiempos circulatorios en trayectos de coche, autobús y tren que superen las cuatro horas.


¿Qué síntomas pueden indicar trombosis venosa?

Algunos indicios de insuficiencia venosa pueden hacerse evidentes durante el viaje. Si notas los siguientes efectos en las pies o en las piernas, es probable que la sangre de retorno no esté alcanzando su destino:

  • Hinchazón
  • Hormigueo
  • Pesadez y dolor

De todos modos, cuando se produce un coágulo los efectos son más notorios. Hay cierta dificultad para caminar y es frecuente observar edemas en las piernas. Es importante recalcar que estos dolores son más intensos ya en el lugar de destino, unas horas después del largo trayecto.


Causas del síndrome de clase turista

Hay ciertas circunstancias que favorecen a la formación de coágulos:

  • Edad avanzada
  • Antecedentes de trombosis
  • Obesidad
  • Embarazo
  • Cirugía reciente
  • Insuficiencia cardíaca
  • Varices
  • Hipertensión arterial

Si te identificas con alguna de estas situaciones, lee las recomendaciones que te damos a continuación. Y consulta con tu médico antes de realizar según qué viaje.


¿Cómo tratar el síndrome de clase turista?

Cuando alguien sufre trombosis venosa se hacen tratamientos para evitar que el coágulo crezca de tamaño y viaje hasta los pulmones. El elemento principal que se administra a los pacientes son los anticoagulantes, que no disuelven los coágulos existentes pero evitan la formación de nuevos coágulos. Se pueden tomar por vía oral o intravenosa. La heparina, por ejemplo, se acostumbra a administrar con el segundo método.

En casos de trombosis venosa profunda se pueden recetar trombolíticos para disolver coágulos. Aún así, solo se administran en casos graves. De hecho, cuando hay embolia pulmonar es necesario el ingreso en el hospital.

También se recomienda el uso de calcetines o medias compresivas para comprimir la zona inferior de la pierna y mejorar el retorno de la sangre. Asimismo, conviene hacer mucho reposo e hidratarse muy bien.


¿Cómo prevenir el síndrome de clase turista?

Puedes reducir considerablemente las probabilidades de sufrir trombosis debido a largas horas de viaje si tienes en cuenta las medidas que te dejamos a continuación: 

  • Elige los asientos más próximos al pasillo. Tendrás más accesible la zona para poder caminar con total tranquilidad cuando sea posible.
  • Haz paseos esporádicos. Fuérzate a andar tanto por el pasillo como por el aeropuerto si haces escalas. Conseguirás que la sangre fluya mejor y evitarás que se acumule en las extremidades.
  • No dobles las piernas en exceso. Cuando estés sentado o sentada, ni dobles ni cruces las piernas demasiado tiempo seguido. Lo mejor es relajarlas y hacer algún ejercicio de contracción de vez en cuando.
  • No pongas equipaje debajo del asiento delantero. Si lo haces, perderás espacio donde podrías dejar reposar tus piernas.
  • Hidrátate. Bebe agua de forma constante, antes y durante el viaje. Es uno de los mejores hábitos para mejorar la circulación. Evita ingerir comida o bebidas que puedan deshidratarte, como el café o el alcohol.
  • Usa ropa y calzado cómodo. No uses botas ni tacones si vas a hacer un trayecto largo. Si puedes descalzarte, tu pie lo agradecerá. En cuanto a la ropa, evita usar prendas demasiado ajustadas en la pantorrilla. Opta por una vestimenta holgada.
  • Usa calcetines compresivos. Si ya tienes varices o alguna araña vascular, aún es más importante que te los pongas. Gracias a la compresión gradual que empieza por el tobillo y se va reduciendo hasta la rodilla, estos calcetines ayudan a mejorar el retorno venoso. Prueba los calcetines de compresión suave Antipress para beneficiar tu riego sanguíneo.
  • Consulta a tu médico. ¿Tienes alguna duda más concreta? No dudes en contactar a tu médico para viajar sin preocupaciones.