Entramos en detalle en los beneficios y los retos de las dos alternativas de alimentación infantil.




Una de las decisiones más importantes que los padres tienen que tomar cuando se acerca la fecha de parto, es la forma de alimentar al bebé. Se presentan dos alternativas muy claras: amamantar con leche materna o dar el biberón con leches infantiles. No hay duda de que ambas opciones son saludables. Sin embargo, es probable que aún tengas dudas y quieras entender mejor las diferencias entre las dos opciones. En este post te las detallamos para que te sea más fácil decidir.


La lactancia materna

Algunas organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Academia Americana de Pediatría (AAP) etiquetan a esta alternativa como la mejor para alimentar a un bebé. Además, es una experiencia que muchas madres definen como única por el vínculo emocional que se crea durante los primeros 6 o 12 meses, que es el periodo de lactancia recomendado.


Beneficios de la lactancia materna para el bebé

  • La leche materna contiene una gran cantidad de anticuerpos de tipo IgA, que son clave para que los bebés contraigan menos infecciones y tengan que ser hospitalizados solo en ocasiones muy puntuales. Los anticuerpos refuerzan su sistema inmunitario reduciendo las posibilidades de que sufran dolores gastrointestinales, otitis o meningitis. Además, la leche materna protege a los pequeños contra asma, diabetes y alergias.
  • La leche materna es muy nutritiva. Se compone de lactosa, proteína y grasa, que son nutrientes más que necesarios para los bebés durante los primeros meses de vida. Contiene elementos probióticos que facilitan la flora intestinal y evitan diarreas.
  • Algunos estudios concluyen que la lactancia materna tiene un efecto positivo sobre el desarrollo cerebral y las capacidades cognitivas de aquellos bebés que la ingieren. 

 

Beneficios de la lactancia materna para la madre

  • Gracias a la succión de las mamas por parte del recién nacido, la madre segrega oxitocina. Esta hormona es clave para que el útero se contraiga de forma sana durante el posparto y para evitar los sangrados.
  • Amamantar al bebé es también un gasto energético para la madre que ayuda a perder peso más deprisa y recuperar la forma física previa al embarazo.
  • Como hemos comentado, el vínculo que se crea entre la madre y el hijo al dar leche materna es indescriptible. Es una unión que ayuda al bienestar materno y que, de hecho, disminuye las probabilidades de sufrir depresión posparto.
  • Además, es un recurso gratuito que no tiene por qué requerir de biberones u otros complementos que se necesitan para la leche de fórmula.

 

Los retos de la lactancia materna

Por contra, si hay algo que objetar de este método natural de alimentación infantil, se deben mencionar las molestias puede causar. No todas las madres encuentran técnicas cómodas al principio para amamantar al bebé. Asimismo, exige tiempo y dedicación por parte de la madre y los horarios pueden ser difíciles de combinar. 

 


La lactancia con leche de fórmula

Hay circunstancias en las que se puede o se debe tomar la decisión de optar por la leche de fórmula. Por ejemplo, si los bebés son prematuros o tienen dificultades de succión o si dar el pecho se convierte en un proceso muy doloroso. Puede que la medicación de la madre no sea compatible con la lactancia materna o que la producción sea demasiado escasa. Incluso la reincorporación al trabajo puede dificultar la conciliación. Por suerte, la leche en fórmula es una gran opción para suplir la lactancia materna y seguir con una vida plena tanto en los bebés como en las madres.


Beneficios de la lactancia con leche de fórmula para el bebé

  • Hay leches infantiles que contienen probióticos para ayudar a digerir mejor y evitar infecciones gastrointestinales. También cuentan con grasas, vitaminas y proteínas que son esenciales para el bebé.

 

Beneficios de la lactancia con leche de fórmula para la madre

  • La presencialidad de la madre al alimentar al bebé deja de ser una necesidad. Los padres u otros cuidadores pueden tener un rol mucho más importante y se sienten también incluídos en este proceso.
  • No hay posibilidad de sufrir heridas ni dolor en los pezones, que es una realidad en algunas madres.
  • La frecuencia en que se alimenta con la leche de fórmula es menor a la de la leche materna. Los bebés no van a necesitar tantas dosis ya que esta opción tarda más en digerirse.
  • Por último, las mujeres que deciden alimentar a través de leche de fórmula no tienen que seguir una dieta tan estricta porque no puede afectar a la salud del bebé.

 

Los retos de la lactancia con leche de fórmula

La lactancia artificial no contiene tantos anticuerpos como la natural y, por tanto, el bebé no estará tan protegido contra las infecciones. Además, se necesita una preparación para alimentar al bebé: encontrar la temperatura idónea, las cantidades recomendadas y disponer de los complementos necesarios. Por último, hay que tener en cuenta el elevado precio de la leche de fórmula.

 

¿Qué decisión tomar?

Puede que lo tengas muy claro o que este tema te genere muchas dudas. Lo mejor que puedes hacer en caso de indecisión es hablarlo con tu pareja, preguntar a madres que ya hayan pasado por esta situación e informarte con personal médico. Cada situación es distinta así que busca una opción que se adapte a vuestras necesidades. No te estreses porque escojas lo que escojas vas a poder ver a tu bebé crecer de forma sana.

 

 


Referencias: