Su compresión y sujeción puede ayudarte a recuperarte y prevenir lesiones importantes en la articulación.




Antes de plantearte si necesitas o no una tobillera para prevenir o tratar tu lesión, es esencial que entiendas la raíz del problema. En este post repasaremos brevemente cómo es nuestro tobillo, las lesiones más comunes y si la tobillera puede ser una solución efectiva en tu caso.


Anatomía del tobillo

La articulación del tobillo está compuesta por tres huesos: la tibia, el peroné y el astrágalo. Su encaje permite que haya movimientos hacia delante y hacia atrás del pie. Por otro lado, los apéndices óseos llamados maléolo peroneo y maléolo tibial impiden un giro completo del pie.


Los ligamentos estabilizan el tobillo evitando el movimiento excesivo:

  • Ligamento lateral externo: Es el encargado de sujetar el tobillo lateralmente.  
  • Ligamento deltoideo: Éste, en cambio, es el responsable de la sujeción de la cara interna del tobillo.
  • Ligamento sindesmal: Junta y mantiene unidas las partes más distantes de la tibia y el peroné.

Los músculos que componen la zona son los siguientes:

  • Músculos extrínsecos: Se sitúan en la pierna pero gracias a ellos conseguimos mover los tobillos y el pie.
  • Músculos intrínsecos: Se encuentran en el pie y permiten que los dedos se puedan mover.
  • Flexores plantares: Están situados en la parte posterior de la pierna y se encargan de la flexión plantar. Hablamos del sóleo, los gemelos y el tendón de Aquiles.
  • Flexores dorsales: Son los encargados de levantar el pie. Se encuentran en la parte anterior de la pierna: el tibial y el peroneo anterior.
  • Inversores del pie: Los protagonistas son el tibial posterior y el tibial anterior, de nuevo.
  • Eversores del pie: La eversión se consigue gracias al peroneo lateral largo, el corto y el tercer peroneo.

 

¿Qué lesiones de tobillo son más comunes?

Es esencial que antes de plantearte si debes usar tobillera o no para prevenir o tratar tu lesión, entiendas de qué problema se trata:

  • Esguince: Sucede cuando nos torcemos o doblamos el tobillo de forma poco natural. La mayor parte de los esguinces dañan los ligamentos externos. Hay distintas gravedades de la lesión, sin embargo, los síntomas suelen ser de dolor al soportar peso en el pie dañado, hinchazón, hematomas e inestabilidad. Hablar con un médico suele ser la mejor forma de evaluar el esguince.
  • Tendinitis de Aquiles: Es una lesión que consiste en la sobrecarga del tendón de Aquiles. Es muy común en corredores que amplían las duraciones de sus entrenamientos de forma repentina. Esta lesión se manifiesta después de la práctica del deporte, con un dolor en la parte posterior de la pierna, justo encima del tobillo. Si persiste durante algunas semanas, lo mejor es que te asesores con un médico para confirmar que no sufres una rotura del tendón de Aquiles.
  • Tendinitis del músculo tibial anterior: Ésta es otra lesión que afecta a muchos corredores y atletas debido a la alta carga sobre los tibiales anteriores. El tendón del músculo se inflama debido al uso excesivo o algún golpe. Se nota dolor en la zona de la espinilla, que requiere de reposo para ser aliviado.
  • Tendinitis de los músculos peroneos: Cuando los tendones del peroneo se inflaman, hablamos de una tendinitis. Es causa de un exceso de carga y uso, normalmente de atletas y corredores. El dolor en la parte posterior del tobillo se suele agravar durante el ejercicio. 

 

¿Cuándo es recomendable usar tobillera?

Las tobilleras son prendas que se ajustan a la articulación con el objetivo de aumentar la estabilidad y la seguridad a la hora de caminar o hacer cualquier otro tipo de ejercicio físico. Proporcionan compresión, mejoran la circulación sanguínea y evitan que el tobillo gire en exceso.


Son ideales para la recuperación de esguinces, sobre todo de grado I o grado II. Además, la tobillera es una de las mejores alternativas para prevenir recaídas cuando hacemos deporte. También se aconsejan para tratar la tendinitis de los músculos peroneos y tendinitis de Aquiles.


Te aconsejamos que hables con tu médico porque su opinión es la más válida. Ten en cuenta también que no todas las tobilleras son iguales. A continuación te explicamos las distintas soluciones.


Tipos de tobilleras

  • Fundas: Son las más comunes y asequibles del mercado. Aportan calor y compresión para esguinces leves. No inmovilizan tanto como otras variedades de tobillera pero son suficientes para proteger la articulación en la mayoría de situaciones.
  • Tobillera de vendaje: Es una opción más discreta, más adecuado para situaciones donde no queramos enseñar una prenda más grande. Tienen menos sujeción que las fundas pero sirven como método de prevención de esguinces.
  • Tobillera estabilizadora: Esta prenda, más voluminosa, cuenta con velcros que se abrochan para dar más estabilidad. Están recomendadas para personas con laxitudes crónicas.


¿Cómo colocarse la tobillera?

Ponerse correctamente la tobillera es algo muy simple pero a la vez crucial para que hagan su función. Cuando se trate de una funda, ábrela como si fuera un calcetín y hazla subir hasta la zona del tobillo lesionado. Asegúrate que cubres toda la articulación y que se te ajusta sin apretar más de la cuenta. Tampoco es bueno que quede floja, así que antes de hacer la compra necesitarás confirmar que tu perímetro del tobillo coincide con el rango de la talla que quieres adquirir.

 

 


Referencias